Cocinando para todos

Cocinando para todos

En esta ocasión, queremos compartirles la historia de Marcela Lisanti, Farmacéutica del partido de Morón y también una de las ganadoras del Premio a la Solidaridad 2020. Para nosotros quizás hoy es un viernes como cualquier otro, sin nada particular, pero para nuestra Colega es muy especial, es día de cocina.

Pronto, la amiga y empleada de Marcela tocará la puerta para entregarle las verduras cortadas y lavadas para esa noche. Mientras su marido prepara la carne y ambos alistan todo, nuestra Colega nos cuenta cómo surgió esta idea de ir un viernes al mes a la plaza La Roche, para darle de comer a gente en situación de calle.

“Yo juntaba ropa para una escuela de Jujuy a la cual donábamos, pero en un momento se me vio complicado el tema del viaje. Dije, esto tengo que poder llevarlo a algún lado que lo necesiten. Entonces consulté en un grupo de whatsapp a ver si alguien conocía algún lugar. Y me pasaron el número de la referente de “Unidos con Propósito”, vino a buscar la ropa y ahí le pregunté en que más te puedo ayudar”, nos contó.

Desde el año 2018, Marcela se dirige a la plaza con su olla para darle de comer a 150 personas, muchas de ellas principalmente las familias numerosas, viajan desde lejos con un recipiente para poder llevarles comida a sus hijos. “El primer día fue un shock muy grande y me largué a llorar, ver la necesidad que tiene la gente, sentís que no te sirve darles comida y nada más, faltan un montón de cosas para que puedan estar bien.”

Va cayendo la noche y la cocina de Marcela se inunda con el aroma a comida casera. “Empezamos llevando una olla de aproximadamente treinta litros y ahora estamos haciendo una de cincuenta. La comida que hacemos, es la que también que comemos nosotros, lleva como quince kilos de pollo y siete de arroz. Tenemos todo estandarizado y cronometrado porque somos conscientes que una comida mal hecha puede intoxicar”, explicó.

Entre risas y recuerdos la Colega nos cuenta que al principio costó tomarle la mano, no era fácil poder cocinar y calcular para tanta gente. En una ocasión tuvieron que tirar toda la olla, ya que habían comenzado muy temprano y la comida se puso en mal estado, “Salimos de paso con unos fideos con salsa, pero fue terrible tirar todo eso. Hoy me río pero en ese momento quería llorar”, nos dijo. También le sucedió que un viernes concurrió más gente de la habitual y tuvieron que reducir porciones y agregar pan dulces que Marcela tenía justo en su auto.

Mientras la cena se cocina, le preguntamos acerca de otras actividades que realiza desde la agrupación. Nos explicó que gracias a la colaboración de muchos Colegas y personas que concurren a su Farmacia, continuaba recibiendo ropa como en sus inicios, y que trabajaban con casos particulares de gente que concurrían a la plaza, para ayudarlos a conseguir cosas específicas que estuvieran necesitando, como por ejemplo un par de zapatillas.

También hace dos años que ella junto a su pareja, pasan año nuevo en la plaza: “Nos dirigimos a plaza San Martín, porque es más grande, tiene mesas y nos habilita la Municipalidad. Repartimos comida típica, como pollo y ensalada rusa, y compartimos la cena y el festejo con la gente de la calle”, afirmó. Además, no sería raro encontrar a nuestra Colega vestida de Mamá Noel o disfrazada el día del niño repartiendo regalos en la plaza.

Con fuerza y emoción, revuelve y condimenta un poco más la comida anunciando que ya casi está lista. Si no fuera por la pandemia, Marcela subiría esa misma olla al baúl para llevarla a la plaza, dónde se instalaría junto a su equipo y sacaría su cucharón para comenzar a repartir. “La pandemia complicó el tema de la entrega, porque yo no puedo estar en contacto con toda la gente y después ir a la Farmacia, así que yo cocino y armo las viandas que después pasan a buscar para repartir”, nos explicó.

La Colega nos contó lo importante que es para ella su equipo, y que sin ellos no lo podría hacer. Es necesario para poder llevar a cabo esta actividad tener una red de apoyo para poder organizarse e ir hasta la plaza, nos explicó: “Me acuerdo que siempre sentí una admiración especial por la gente solidaria, quería ayudar, pero no lo hacía. Primero la Farmacia porque me ocupaba mucho tiempo, después me dediqué a mi hija, hasta que un día me dije, qué me lo impide, encontrar un lugar, un equipo, basta. Y acá estamos cocinando todos”.

Se acerca la hora de cenar y la comida ya está lista, solo queda que se recojan las viandas para que esta noche la gente de la plaza tenga un plato sabroso y caliente, preparado con mucho amor y dedicación.  Marcela nos cuenta que extraña ir allá, porque con el paso del tiempo ha llegado a conocer a la gente que va, y ésta es muy agradecida, la relación que se ha formado es muy linda y buena.

Tocan la puerta y mientas nuestra Colega despacha las viandas nos dice: “Si quieren saber que me lleva a hacer esto, es simplemente el querer ayudar. Duele mucho ver cómo la gente pasa frío y hambre, es una realidad muy fuerte y a veces no somos conscientes de ello. Sé que mucha gente quiere colaborar por eso siempre los invito a sumarse, porque cada uno puede hacer un poco desde su lugar y de esta forma crear grandes cosas juntos”.

Gracias Marcela por permitirnos compartir esta hermosa actividad, que realizas con tanto esfuerzo y amor, junto a todo tu gran equipo. Te deseamos lo mejor para las próximas cenas y festividades. Nunca te olvides que contás con CAFAR, siempre a tu lado.